El liderazgo desde la psicología social
De acuerdo con el autor Bennis y Nanus (1985) el liderazgo suele presentar diversas acepciones para definirlo mostrando más de 350 definiciones, en este sentido se utilizará la definición del rol directivo que se relaciona con la conducción o el mando de personas, a fin de elegir un futuro, demostrando la capacidad del líder de empeño y de afán de logro. De esta manera, frente a las condiciones de injusticia en la sociedad, el liderazgo se enfrenta a la condición social de llevar por el bien a todos los hombres, con lo cual se vería al líder como un santo, o mejor dicho en palabras de Joan Ginebra (1994) “ser líder vendría a coincidir con ser poseedor y sembrador de valores sociales positivos”, lo que podría traer regímenes totalitarios pues los seguidores “enceguecidos” harían todo por respetar los mandatos del líder, tal como ocurrió con Hitler.
Desde las tendencias más actuales de la psicología social, el liderazgo como proceso no radica en el “súper hombre” que lo sabe todo y no se equivoca, al contrario la dinámica entre líder y seguidores dotará de las habilidades necesarias para la conducción por parte del líder, es decir, por mérito de la aceptación voluntaria de los seguidores, la persona “líder” arrastra hacia el cambio llevándolos por medios persuasivos; con la finalidad de señalarles el rumbo a seguir para orientar a la sociedad, motivando e inspirando, a pesar de los obstáculos.
A partir de este punto de vista el líder no nace, se construye sin subordinar a los demás, ni obligando a que otros estén por debajo de él (no es el centro de todo); la sociedad en general siente compromiso por parte del líder sin que sus derechos se afecten. Por parte de la psicología social, la responsabilidad es imprescindible a la hora de involucrarse el líder en los problemas de la sociedad, en esto último estarían los ejemplos de responsabilidad de Nelson Mandela.
Según lo anterior, el liderazgo desde la libre participación nace cuando el líder es seguido voluntariamente, suscitando la acción conjunta entre él y el grupo, con lo cual estimula las relaciones interpersonales, además de promover la participación y animar; acogerá las ideas para compartir responsabilidades con el propósito de reducir las tensiones y los conflictos internos que se susciten.
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